Los primeros pobladores de esta tierra comentan que fuimos creados y reproducidos por nuestros dioses a través del maíz, así también nos lo hace saber los antiguos escritores en el libro Popol Vuh. Esto tiene lógica porque es la base de nuestra alimentación, nos mantiene vivos y nos da fuerza. Lo tomamos en pozol y atole. Lo comemos en elotes, tortillas, empanadas y tamales. Existen muchos tipos de maíz que pueden producirse en nuestra comunidad. Hay de tamaños grandes y pequeños. Hay de colores rojos, blancos, amarillos y morados. Nuestros abuelos comentan que no podemos dejar tirado el maíz y tampoco hay que dejar las semillas en el camino y en la montaña porque dicen que lloran. Dicen que si no apreciamos el maíz que ya no se producirán en nuestras milpas.
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Maíz de los ch’oles